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‘Escobar: una educación criminal’: cuando papá es el delincuente más poderoso del siglo XX

El hijo del famoso narcotraficante colombiano narra en clave de cómic su infancia rodeada de esbirros sin escrúpulos que hacían de niñeras

El fenómeno del crimen organizado, que en los últimos tiempos ha inspirado novelas gráficas tan extraordinarias como Noir Burlesque de Enrico Marini, o Al Capone de Meralli y Radice, admite siempre ópticas novedosas. Y no cabe duda de que el ángulo que han encontrado Sebastián Marroquín (nacido Juan Pablo Escobar) y Pablo Martín Farina, apoyados en el dibujo de Alberto Madrigal, es de una extraordinaria originalidad. El hijo de Pablo Escobar, el narcotraficante más poderoso del siglo XX, ha querido recoger algunos recuerdos de su infancia en Escobar. Una educación criminal, que acaba de publicarse en España de la mano de NORMA Editorial.

Marroquín y Farina se conocieron en 2009, en el rodaje del premiado documental Pecados de mi padre, trabaron una sólida amistad y, andando el tiempo, se propusieron un nuevo desafío: contar en viñetas una parte de la anómala niñez de aquél. “Una cosa es segura: él no eligió nacer donde nació”, cuenta Farina de su compañero, al tiempo que explica que este cómic “pretende: ser un testimonio breve y profundo de una vida fuera de lo común: la de un hombre que creció y aprendió a vivir en ese lugar y entorno tan singulares”.

Los autores abordan ese periodo en la vida del hijo de Escobar a través de los hombres de confianza del patrón, que cuidaban de él a modo de niñeras. Un día, en la finca familiar, mientras están limpiando ociosamente sus armas, una bala se escapa y alcanza a Gatillo, uno de ellos. ¿Quién le ha disparado? ¿El torvo Samuel Latuca? ¿El frío y meticuloso Ricardo Amargo? ¿El feo y cocainómano Luis Mandarina? ¿El culto Jairo El Poeta? ¿O La Negra, sexy y despiadada? Una galería de asesinos sin escrúpulos entre los cuales el niño Juan Pablo aprendió a crecer curtiéndose en situaciones extremas y sorteando grandes riesgos para su propia vida.  

“Incluso en mis primeros libros de no ficción, no me atrevía a abordar todas estas historias, no me sentía preparado para contarlas”, explica Marroquín. “Sobre todo porque, en gran medida, las historias que habéis leído aquí, aunque son en parte imaginarias, se refieren directamente a mí, más que al personaje que se esconde tras mi padre. Sentía que no era el momento ni la manera adecuada de entrar en ese mundo lleno de miedo y oscuridad, mi propio mundo. Pero hoy, abrumado por las historias tragicómicas, irreverentes e irrespetuosas en las que el exceso, la incoherencia, la violencia extrema, las drogas, la ambición, la vida, la inmadurez, la muerte, la amistad, la lealtad, el poder y el dinero eran mi alimento, he decidido escribir mi propia versión subjetiva y novelada de esa etapa crucial e intensa de mi existencia”.

12 de maig de 2025